Amigos Liceistas, Maristas todos,
Como se habran dado cuenta esta semana el tema en este selecto grupo, ha sido la ayuda que a traves de nuestras manos pudiera fluir para los damnificados por la Tormenta; en este bello y horrible pais en el que una tormenta como la del sabado pasado es capaz de causar tanto dolor, creo que invariablemente aquellos pocos privilegiados -como nosotros y nuestras familias- estamos llamados a brindar una ayuda, a extender la mano para aliviar un poco el dolor y la angustia de tanta gente. No se el caso individual de cada uno de nosotros, pero sentir verdadera hambre, verdadera sed, ver morir a un nino por causas tan controlables como una diarrea es verdaderamente dramatico, simplemente te cambia la vida.
Sin caer en dramatismos ni en falsos sentimentalismos, hoy quiero contarles un testimonio personal, algo que me toco vivir; hace unos cinco anos tome una mala desicion en mi vida lo cual me dejo sin trabajo por espacio de 10 meses; despues de un tiempo el hambre se presento a mi puerta con toda su amargura mi segunda hija acababa de nacer y mi primer hija contaba ya con 4 anos; una tarde mi hija mayor habia comido solo en el desayuno al final del dia tenia hambre -verdadera hambre- y solo teniamos de leche para la bebita (la cual procurabamos tener siempre); tuve que darle a mi nina mayor un poco, solo un poco de la formula de su hermanita. Al principio no la queria (si alguno tiene hijos y la ha probado, sabe que el sabor no es lo mejor del mundo); pero pudo mas el hambre, se tomo la formula y se quedo dormida. En verdad les digo, no hay nada mas doloroso que ver a un hijo, a un nino con hambre y no poder remediarlo....
Hoy tenemos una gran oportunidad en nuestras manos; con GTQ 100.00 podemos aliviar la necesidad de alguien, sera algun ser anonimo que nos podamos encontrar por alli o que nunca sabremos quien es; tal vez el agua que llevemos, el arroz, el frijol, le salven la vida a alguien, si no tenemos esta cantidad, tenemos nuestras manos, preparar una racion, hacer una llamada para conseguir un vehiculo, etc. Si, se trata de vidas, de seres humanos cuyas vidas son tan fragiles como eso.
Copio un articulo que lei esta manana en El Periodico, es del columnista Maurice Ecehverria, con el perdon de los Derechos de Autor me permiti darle Copy Paste. Es para su reflexion:
El sábado se fue la luz en mi casa y en muchas casas.
Me puse a releer en el comedor un cuento del maestro Poe, a la luz de las velas. Afuera, la tormenta llevaba a cabo su brainstorming de relámpagos.
La Máscara de la Muerte Roja. Es el nombre del relato. Ustedes conocen la trama: la peste –o sea la Muerte Roja– asola el país del príncipe Próspero, que opta por recluirse en su castillo a vivir la dolce vita, junto a una corte narcotizada por la liviandad y el placer, de espaldas a la enfermedad.
El cuento relata una pomposa y extravagante fiesta de máscaras en donde los invitados ríen a lo largo de siete salones o cámaras, mientras afuera la peste extiende su territorio trágico.
Pero un extraño invitado se presenta en la fiesta. “Su figura era alta y delgada, y llevaba una mortaja desde la cabeza a los pies”. “Su mortaja estaba salpicada de sangre y su amplia frente, como todo su rostro, estaba manchada por el horror escarlata”.
Naturalmente, este invitado tan peculiar es la “Muerte Roja”. “Uno a uno cayeron los concurrentes en las salas de la fiesta y cada uno murió en la posición desesperada de su caída”.
Relato sobre el escapismo, La Máscara de la Muerte Roja describe puntualmente cómo es que huimos de la realidad y de nuestras responsabilidades soberanas.
En un sentido, Agatha es la Muerte Roja. Y al igual que el príncipe y su corte, hay quienes se fueron a encerrar a sus cámaras, ajenos a la tragedia del huracán, sin tan siquiera un pensamiento o plegaria de solidaridad. Sencillamente no conectaron con lo que estaba pasando a su alrededor. Se pusieron a ver ESPN. Se fueron a jugar FarmVille. Optaron por emborrachase. Se durmieron. Se volvieron a hundir en la cotidianidad.
Lo que Poe propone es que no importa qué tan refundido estés en tu casa en suburbia o en tu suburbia interior, la Muerte Roja sabrá encontrarte.
Siempre se paga un precio por no estar abierto al dolor del prójimo
Por alla nos vemos!!!
Un fuerte abrazo para todos,
Julio
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