Mi buen amigo Pedro, sé exactamente como te sentís, el finalizar la vida en el Liceo y en la Banda es y ha sido para todos nosotros un difícil transición. En lo personal siempre dije que tu amor y dedicación a la Banda era manifiesto en cada desfile, festival o ensayo. Dejas una gran huella en la gente que formaste en tu pelotón, dejas el 1er. lugar para el Liceo en tu especialidad, dejaste el alma, tu mejor esfuerzo y tus lágrimas en tu xilófono el 15, un desfile que nunca vas a olvidar.
Gracias por llevar al Liceo en la sangre, tal como lo llevamos nosotros, prueba irrefutable que el Liceo deja una huella indeleble en vos.
Bienvenido a la gran familia de exalumnos, no olvides nunca que si bien es cierto fuiste liceísta ayer, nunca dejarás de ser Marista; vivi con esos valores siempre.
Un fraterno saludo,
Julio Figueroa C