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 Misión Educativa Marista Presentación.

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MensajeTema: Misión Educativa Marista Presentación.   Misión Educativa Marista Presentación. EmptyJue Jul 24, 2008 7:52 am

MISIÓN
EDUCATIVA
MARISTA


Un proyecto para hoy

PRESENTACION

Con mucho gusto pongo en manos de los Hermanos y de los educadores y educadoras maristas, este documento intitulado: «Misión educativa marista. Un proyecto para hoy». Se trata de «un documento oficial del Consejo general para orientar la misión educativa del Instituto en respuesta a un pedido que le confió el XIX Capítulo general de 1993». Corresponderá al próximo Capítulo general incluirlo en su agenda capitular, para ver si necesita o no, mejoras o adaptaciones, y decidir si es llegado el momento de considerarlo como documento oficial del Instituto.
Agradecimiento
El primer sentimiento que brota en mí al escribir esta presentación es de gratitud a todos aquellos educadores y educadoras maristas que con su amor a la infancia y a lajuventud y con su dedicación a la misión educativa no sólo han dado continuidad al espíritu heredado de Marcelino Champagnat, sino que lo han enriquecido durante los 181 años de historia marista. Es evidente que pienso de modo particular en aquellos Hermanos que tuvieron que afrontar cambios socioculturales y educativos y que fueron creativos para dar respuestas concretas a las necesidades que se presentaban. Y de manera especial, mi gratitud a todos los que a lo largo de nuestra historia han querido mantener viva la intención fundacional de Champagnat de brindar educación a quienes carecían de posibilidades de ella o estaban marginados de la sociedad.
Una sincera y especial gratitud a aquellos Hermanos llenos de espíritu apostólico que aun cuando su edad o sus condiciones de salud no les han permitido continuar con un ritmo de trabajo intenso en lo que desempeñaron por toda una vida, han sabido descubrir nuevas presencias y tareas en la pastoral educativa, dentro o fuera del sistema escolar.
En mi agradecimiento no puedo olvidar a los hombres y mujeres seglares, que en las últimas décadas han asumido un compromiso en la educación desde un proyecto marista. De modo especial les agradezco su entrega y su amor a la obra educativa de Marcelino Champagnat. La mutua confianza, entre los Hermanos y las personas, seglares maristas, ha facilitado descubrir los dones que cada uno tiene y trabajar juntos en un proyecto educativo desde la complementariedad de vocaciones. Las experiencias de «misión compartida» que hoy vivimos, juntos, Hermanos y seglares, motivaron la orientación de este documento y han sido una fuente de inspiración a la hora de escribirlo.
Comisión internacional
El Consejo General confió la elaboración de este documento a una Comisión internacional formada por Hermanos y seglares. Me consta que han dedicado mucho tiempo, han realizado consultas a nivel del Instituto, han vivido momentos de búsqueda y de cierta frustración motivada por la complejidad que este tema tiene en sí mismo y por la multiplicidad de situaciones que vive el Instituto respecto a la misión educativa y que no son equiparables.
Al mencionar los miembros de la Comisión lo hago como signo de gratitud y de felicitación por el servicio que nos han prestado y por el cariño que han puesto en la realización del trabajo que les fue confiado. Estos son sus nombres:
Hermanos: Jeffrey Crowe (Consejero General), Henri Vignau (Consejero General), Carlos Martínez Lavin (México), Dominick Pujia (USA), José Manoel Alves (Brasil), Honoré Rakatonorivo (Madagascar), Manuel de León (Filipinas), Mark Farrelly (Australia), Maurice Bergeret (Francia), Miquel Cubeles (España), D. Alberto Libera (Bolivia) y Dª. Emma Casis (Filipinas)
El camino recorrido
A partir de los años posteriores al Concilio el Instituto Marista ha ido afrontando situaciones nuevas que le afectaban a diversos niveles.
En una primera etapa fue necesario que los Hermanos, en actitud de escucha al mundo y a la Iglesia, releyéramos los orígenes del Instituto y la intuición fundacional de Marcelino Champagnat, a fin de evaluar nuestra trayectoria histórica y formular de nuevo nuestra identidad y por supuesto, una misión evangelizadora actualizada que fuera coherente con la inspiración que dio origen al Instituto. Todo esto queda estupendamente plasmado en las Constituciones del Instituto que es el documento fundamental para los Hermanos y que en 1986 fueron aprobadas por el Vaticano.
Citaré de ellas cuatro textos que pueden ayudarnos a situar mejor la misión del Instituto Marista y el documento que presento. Con esa misma intención destaco algunas palabras de esos textos:
 «Con este espíritu, (Marcelino) fundó el Instituto para educar cristianamente a los niños y jóvenes, en especial a los más desatendidos» (art.2).
 «Suscitado por el Espíritu Santo, nuestro Instituto es enviado por la Iglesia. En pos del Padre Champagnat, evangeliza, sobre todo, educando a los jóvenes, en especial a los más desatendidos» (art. n.80)
 «Comprometidos en instituciones escolares o en otras estructuras de educación, nos desvivimos por el Reino, en servicio a la persona humana» (art. 85)
 «Compartimos nuestra espiritualidad y nuestra pedagogía con los padres de los alumnos, los profesores seglares y los demás miembros de la comunidad educativa» (art.88)
Posteriormente han sido los Capítulos Generales quienes han impulsado esa renovación del Instituto, teniendo en cuenta los cambios importantes producidos en nuestra sociedad y las circunstancias diversas en las que se realiza nuestra misión educativa. Por vía de ejemplo cito algunos:
• El cambio de mentalidad y de estructuras, que ha supuesto pasar de la «Escuela de los Hermanos» a la «Escuela marista» (con Hermanos y personas seglares) y posteriormente a una escuela basada en «la misión compartida» y en la que indistintamente Hermanos y seglares están llamados a tomar responsabilidades de animación y/o de dirección.
• La incidencia que han tenido en la educación los cambios culturales de nuestro mundo y que afectan al ser humano en todas sus dimensiones, la acentuación de una cultura propia de la juventud y los cambios sociopolíticos de los países donde está implantado el Instituto Marista.
• En el pasado la infancia y la juventud eran, en cierto modo, «sujetos pasivos» de la educación. Venían al colegio a recibir orientaciones, valores, formación religiosa y conocimientos que les prepararan para la vida. Y esto acentuó ciertos rasgos en la organización escolar y en la forma de actuar de las personas dedicadas a la educación.
Hoy, nuevos conceptos sobre la educación y las relaciones interpersonales requieren de los educadores y educadoras un talante especial para entrar en el mundo de la juventud y, como amigo o amiga, caminar a su lado, motivarles y acompañarles en la búsqueda que personalmente deberán hacer.
• Añado un cuarto aspecto que se refiere a la pluralidad educativa que existe en el Instituto. El hecho de estar presentes en 75 países implica diversidad de planes educativos, de idiosincrasia, de convivencia ecuménica con otras religiones o de exclusión e intolerancia religiosa, de libertad curricular y de financiación estatal de la educación. Por otra parte, en ocasiones los Hermanos animan o dirigen escuelas diocesanas que tienen su propio proyecto.
Todo esto tiene consecuencias para la misión educativa marista y posiblemente nos ha faltado creatividad para promover iniciativas que nos permitan estar con los jóvenes en los «nuevos espacios culturales» en que ellos se mueven. Tal vez hemos sido un tanto pasivos ante la discriminación o insolvencia económica con que algunos gobiernos tratan la escuela cristiana y en algunos lugares hemos promovido escuelas que, mayoritariamente, atienden alumnos y alumnas de niveles sociales medio- superior y de una economía familiar estable.
Por otra parte, en estos países quizás nos ha faltado iniciativa para desarrollar, con ayuda de la sociedad, otras posibilidades que favorezcan la creación de nuevas presencias de pastoral educativa para alumnos que carecen de recursos o están socialmente marginados.

Un momento histórico
La diversidad de países, culturas y sistemas educativos en los que el Instituto Marista está presente han originado una mayor descentralización a nivel del Instituto, pero dentro de esa variedad de situaciones es posible identificar los elementos básicos que caracterizan nuestro estilo de educación. La Comisión que ha elaborado «Misión educativa marista. Un proyecto para hoy» ha logrado ponerlos de relieve y el documento ofrece elementos para ayudar a los Hermanos y seglares a discernir nuestra misión en fidelidad al carisma heredado de Marcelino Champagnat y evaluar desde esa misma óptica la fecundidad humana y evangélica de nuestras obras educativas y si fuera el caso, transformarlas o transferirlas.
El documento nos invita a mirar hacia el futuro con audacia y esperanza pero sugiere algunas orientaciones que nos guíen en este caminar, entre otras las siguientes:
Reafirma el rol importante que tiene la escuela pero invita a iniciar nuevos proyectos de educación dentro y fuera del sistema escolar y todo ello teniendo en cuenta nuestra preferencia por los alumnos y alumnas menos favorecidos, los retos a que se enfrentan la juventud y la presencia y cercanía que les debemos, porque hoy los educadores y educadoras «tenemos que escuchar, preguntar, investigar, rezar y mirar nuestro mundo a través de los ojos de la juventud».
Subrayo la invitación a abrirnos a la solidaridad universal, buscando fórmulas de colaboración con otras instancias: eclesiales, humanitarias, de gobiernos o de organismos que se ocupan más directamente de la dignidad y de los derechos de la niñez.
Caminar juntos: hermanos y seglares
En las visitas que hago a las Provincias tengo encuentros con algunos grupos de personas seglares de nuestros colegios. En una ocasión me sorprendió gratamente la forma de expresarse de un grupo y parecida experiencia han vivido otros Hermanos del Consejo general. «En nuestra Provincia estamos haciendo…, hemos creado un proyecto…» «En las visitas de nuestro Hermano Provincial…». Cuando las personas hablan así, no necesito preguntarles si se sienten familia marista y si Marcelino Champagnat es una persona importante en su compromiso en la educación cristiana. Esa forma de hablar me permite considerarlas hermanos y hermanas maristas seglares con quienes puedo compartir abiertamente las alegrías, las limitaciones y las esperanzas que vivimos en el Instituto Marista.
Espero que este documento nos ayude a caminar juntos, Hermanos y seglares. Seguramente que necesitaremos un poco de paciencia y capacidad para superar los errores que podamos hacer, porque todos hemos de aprender para llevar a cabo «la misión compartida» y sobre todo podemos ayudarnos a crecer en ese espíritu educativo que hemos heredado de Marcelino. Su canonización nos ofrece la oportunidad de leer y profundizar juntos estas páginas que siguen a continuación.
Con el testimonio de mi aprecio y gratitud y en nombre de los Hermanos del Consejo General os saludo cordialmente.

Hno. Benito Arbués
Superior General
15 de agosto de 1998
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