Los jóvenes a quienes Marcelino deseaba especialmente servir
Y ya que queréis entregaros a la educación cristiana de los niños - que es la finalidad de vuestra vocación - cosa que yo apruebo encantado, quisiera que dedicarais los primeros esfuerzos de vuestro celo a los niños más ignorantes y abandonados. De modo que os propongo que vayáis a dar clase a las aldeas de la parroquia.
Vida, VII, p. 74
La instrucción de los niños en general y en particular de los pobres huérfanos es el objeto de nuestra Institución. Tan pronto como hayamos terminado la casa del Hermitage y cuando nuestros medios nos permitan utilizar una buena toma de agua para hacer frente a los gastos de la construcción, recibiremos a los niños de los asilos de caridad; les daremos una profesión por medio de una educación cristiana. Aquellos de entre ellos que tengan disposición para la virtud y para la ciencia serán empleados en la casa.
Prospecto de 1824
El objeto de la Congregación es además, dirigir Orfanatos o asilos para los jóvenes que han salido de la mala vida o expuestos a perder las costumbres.
Estatutos 1828
Los Hermanos de María que tienen por objetivo principal la instrucción de los pobres enseñarán la lectura, la escritura, el cálculo, los principios de Gramática y sobre todo la práctica de la religión. Sus escuelas serán gratuitas y se pondrán de acuerdo con los ayuntamientos sobre los medios de procurarles una existencia digna y poco costosa.
Artículo primero, Estatutos 1830
3.2 A ejemplo del Fundador
Nuestro Fundador, que tanto amó a los pobres ha querido enviarnos preferentemente a ellos, aunque sin excluír a nadie. La vida austera de sus primeros discípulos les permitía sentirse como uno más entre aquellos a quienes se dedicaban.
Constituciones, 33
Por fidelidad a Cristo y al Fundador, amamos a los pobres: son bendecidos del Señor, atraen sobre nosotros sus bondades y nos evangelizan.
Guiados por la Iglesia y según nuestra vocación propia, nos hacemos solidarios de los pobres y de sus causas justas. Les damos preferencia allí donde nos encontremos, cualquiera que sea nuestro empleo. Apreciamos los lugares y casas que nos permiten compartir su condición y aprovechamos las ocasiones que nos ponen en contacto con la realidad de su vida cotidiana.
La preocupación por los pobres nos impulsa a descubrir las causas de su miseria y a liberarnos de todo prejuicio o indiferencia respecto de ellos. Por lo mismo, nos sentimos más responsables de los bienes que están a nuestro uso y que debemos compartir con los más necesitados. Evitamos ofenderlos con un nivel de vida más holgado de lo necesario.
Nuestra misión de educadores de la juventud nos compromete a trabajar por la promoción de la justicia.
Constituciones, 34
La experiencia enseña que la vitalidad de una familia religiosa guarda estrecha relación con su vivencia de la pobreza evangélica. . . Manifestamos preferencia por los pobres y compartimos con ellos nuestra vida y nuestro trabajo.
Constituciones, 167
3.3 Gritos de los jóvenes
Para nosotros, estos clamores se han convertido en "signos de los tiempos":
El clamor dolorido de tantos pobres y marginados que, en todo el mundo, son dejados de lado.
El clamor angustiado de los jóvenes sin empleo, cuyas cualidades son menospreciados.
El clamor silencioso de cuantos son despreciados, de los que viven en la soledad, de los sin voz y sin libertad.
El clamor desesperado de tantos jóvenes que buscan un sentido a sus vidas en paraísos artificiales.
La injusticia de estructuras capaces de engendrar tanto sufrimiento clama al cielo.
El clamor de los niños de la calle, abandonados, condenados a una vida inhumana.
El clamor de los niños, víctimas injustas del hambre y de la guerra.
El clamor de los niños desalentados por el fracaso escolar.
El clamor de los hijos del divorcio, de las familias destrozadas.
El clamor de los niños cuyos cuerpos se venden y se compran.
Detrás de cada uno de esos doloridos, se esconde el rostro de Jesús.
Detrás de estos gritos, resuena el grito de Jesús en la Cruz .
Pero escuchamos también los gritos de esperanza:
de los que luchan por los derechos humanos
de los que construyen la paz
de los que se esfuerzan por eliminar la miseria
de los que propugnan una sociedad más justa
de los que trabajan en el mundo de la educación
de los que defienden el respeto a la vida
de los que promueven la salvaguarda de la Creación
de los que anuncian la Buena Noticia.
En estos gritos de esperanza brota la semilla del Reino y se manifiesta la presencia del Espíritu.
19 Capítulo General, Mensaje 5,6,7,
Signos de esperanza.
La sed y la búsqueda de Dios y del sentido de la vida entre los jóvenes, aunque sea a veces en medio de manifestaciones equívocas.
* El deseo de los pobres y de los marginados de llegar a ser protagonistas de su liberación y de su desarrollo, particularmente frente a las estructuras opresivas.
Los ciudadanos que presionan para instaurar estructuras democráticas en sus países; para conseguir un respeto mayor de los derechos humanos y de la libertad.
Una mayor sensiblidad por los valores de la cultura.
Asociaciones no gubernamentales y organizaciones populares se constituyen en ayuda efectiva para los pueblos que sufren catástrofes, guerras, hambres y otras muchas necesidades.
Los jóvenes que trabajan para establecer la justicia y se comprometen en llegar a ser promotores de transformación social.
Después del Concilio Vaticano II, la Iglesia ha modificado su imagen y se ha hecho más consciente de su misión. Entre otros, destacamos tres aspectos más significativos:
La conciencia de ser Pueblo de Dios.
La opción preferencial por los pobres.
La visión de un mundo donde el Espíritu actúa.
Concretamente y a despecho de múltiples tensiones, se están generando modificiaciones en el funcionamiento y en el acercamiento a su misión:
Diálogo con otras religiones.
Respeto a otras culturas.
Papel y participación de los seglares, hombres y mujeres.
Reconocimiento de la subsidiaridad y del pluralismo.
Acentuación de la dimensión comunitaria.
19 Capítulo General, Nuestra Misión 8,9,10.